España tiene atractivos turísticos de todo tipo y para todos los gustos: ciudades, monumentos, pueblos, espacios naturales, islas, museos... Y además de mucha variedad, mucha cantidad. Los lugares que merece la pena visitar en España son innumerables. Lo tiene todo: una gastronomía inigualable, un asombroso contraste de paisajes, un enorme legado histórico... La riqueza de España es indiscutible. Entre un litoral de más de 8.000 kilómetros que presume de tener algunas de las playas más bellas del mundo y los espectaculares y diversos paisajes de interior, a España no le faltan opciones naturales a las que escaparse este verano. A esta muestra hay que añadir la creatividad de las civilizaciones que han pasado por aquí y el legado de la cultura actual, una herencia que impregna las localidades más bellas de España y que ha convertido a este país en uno de los que más tesoros Patrimonio de la Humanidad atesora.

Barcelona es una de las ciudades más visitadas de España. Lo tiene todo! cultura, miradores, mar, buen tiempo, buena gastronomía, por eso es otra de las ciudades que se disputa el título de ciudad más bonita de España. Las maravillosas obras de Gaudí, como la Sagrada Familia, el Park Güell, La Pedrera o la Casa Batlló, son algunos de los principales monumentos que ver en Barcelona y que la convierten en un museo al aire libre. Podrá disfrutar de una hermosa panorámica de la ciudad desde Montjuic o desde el Tibidabo, el parque de atracciones más antiguo de España, pasear por sus animadas ramblas, comer en el Mercado de la Boquería, recorrer el Barrio Gótico para visitar la Catedral de Santa Cruz y Santa Eulalia y algunas plazas llenas de encanto, tomar el sol en la playa de la Barceloneta, contemplar una puesta de sol desde los búnkeres del Carmel, hacer un recorrido por los barrios más turísticos de Barcelona o disfrutar de su animada vida nocturna y de sus restaurantes en el Born.

Alicante celebra la llegada del verano con las hogueras de San Juan. En un espectacular despliegue de música, color y fuegos artificiales, miles de personas se agolpan en las calles para vivir esta fiesta que rinde homenaje al fuego. Para celebrar la llegada del verano, los alicantinos salían tradicionalmente a cenar al campo el 23 de junio: comían comida tradicional y, cuando llegaba la medianoche, encendían hogueras, bailaban a su alrededor, lanzaban cohetes y se bañaban en el mar. Esta costumbre perduró a lo largo de los años, y en 1928 se constituyeron formalmente las fiestas de las Hogueras de San Juan. Durante varios días, Alicante celebra este gran homenaje al fuego, en el que los principales protagonistas son auténticas obras de arte efímero: las hogueras, las enormes figuras de cartón y madera que se queman en la noche de San Juan. La reina de la fiesta, conocida como la bellea del foc (la bella del fuego), es elegida en mayo entre las candidatas presentadas por una comisión en cada barrio. Las fiestas comienzan oficialmente con la plantà de enormes hogueras con figuras de cartón que llenan de ingenio y buen humor las calles de Alicante. Ese día también se instalan las barracas o grandes carpas que sirven de pista pública de baile y donde los festeros pueden degustar los típicos higos y cocas. Entre los actos más representativos de la fiesta destacan la Entrada de Bandas y Comisiones, con sus respectivas "bellezas" y damas de honor ataviadas con trajes tradicionales; la ofrenda floral a la patrona de la ciudad, la Virgen del Remedio, los días 21 y 22 de junio; y el desfile folclórico internacional, un vistoso pasacalles en el que participan grupos de baile de todo el mundo. Además, todos los días a las dos de la tarde, del 19 al 24 de junio, se celebran espectáculos pirotécnicos en la Plaza de los Luceros: Son las ruidosas "mascletàs", a las que conviene asistir con tapones para los oídos, dado el ruido que provocan la pólvora y los cohetes. Por último, a medianoche de la noche del 24 al 25 de junio llega la cremà (quema), punto álgido de las fiestas. Tras una espectacular palmera blanca de fuegos artificiales, las hogueras de toda la ciudad se encienden y arden en medio de la algarabía, los bailes y los cánticos, mientras los bomberos riegan de agua a los juerguistas en lo que se conoce como labanyá. Pero la fiesta aún no ha terminado. Del 25 al 29 de junio se celebra un concurso de fuegos artificiales en la playa del Postiguet, y el centro histórico de la ciudad se anima con un mercado medieval y diversos espectáculos.

Madrid, alegre y vibrante a todas horas, es famosa por ser una ciudad abierta a todo tipo de gentes de cualquier parte del mundo. Además de sus famosos museos, sus concurridas calles salpicadas de todo tipo de tiendas, sus restaurantes de cocina mundial y su inmejorable vida nocturna, Madrid le sorprenderá con sus tranquilos rincones históricos que encantan a todo el que pasa por allí. Aquí encontrará bares tradicionales y familiares, centenarios, donde los amigos se reúnen para tomar una copa, barrios de todos los estilos y centros culturales que ofrecen un turismo alternativo. La autenticidad de Madrid es difícil de superar. Es acogedora y diversa. Madrid es, sin duda, una de las ciudades más interesantes de Europa. Quien busque cultura encontrará algunos de los museos más importantes del mundo, como el Prado, el Reina Sofía o el Thyssen. Pero no hay que olvidar opciones más pequeñas, llenas de encanto, como el Museo Sorolla o centros culturales como el Matadero o Conde Duque, que ofrecen continuamente exposiciones innovadoras, conciertos, visitas guiadas, etc. Pasear por Madrid es encontrarse con lugares emblemáticos como el impresionante Palacio Real, la Plaza Mayor con 400 años de historia, la bulliciosa Puerta del Sol, la famosa Gran Vía repleta de tiendas o las cuatro torres más altas de España. Cada barrio ofrece una experiencia diferente: La Latina es ideal para tapear, Las Letras tiene la combinación perfecta de literatura y gastronomía...

Pero Madrid también significa relajarse en enormes espacios verdes como el Parque del Retiro (que junto con el Paseo del Prado han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), y otros parques menos conocidos pero igualmente encantadores como El Capricho. A la hora de comer, Madrid tiene muchas opciones, a cual más apetecible. Por un lado, los bares de toda la vida, donde podrá descubrir qué significa castizo y por qué son tan divertidas las tapas. Por otro, sus restaurantes de vanguardia, como DiverXO, y mercados tradicionales reconvertidos en nuevos espacios gourmet, como el de San Miguel, que se ha convertido en un auténtico santuario gastronómico. En Madrid siempre es buen momento para disfrutar de un ambiente animado y urbano. Por ejemplo, los cada vez más famosos brunchs de fin de semana en terrazas acristaladas cerradas, patios, azoteas, etc. Los amantes de la moda encontrarán todas las opciones: tiendas de lujo en la Milla de Oro, establecimientos vintage en zonas como Fuencarral, nuevos mercados de diseño como el Mercado de Motores, y talleres de artesanía y librerías centenarias. Al atardecer, algunos miradores de la ciudad le sorprenderán con puestas de sol únicas, en el Templo de Debod o en la azotea del Círculo de Bellas Artes, por ejemplo. Y al final del día... la noche madrileña es legendaria con música en directo, todo tipo de ambientes, música hasta que sale el sol...

Madrid tiene su propia belleza. Madrid estimula e inspira. Madrid. Tienes que vivirlo.